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LUKE CAGE: SWEET MONEY, ALWAYS.

Luke Cage, otro superhéroe sale del horno de Netflix, que continua sorprendiéndonos con series de alto nivel estético, clásica iluminación y secuencias de escenas increíbles que compiten directamente con productoras de mayor poder adquisitivo como la HBO.


¿Luke Cage sí o no? Ciertamente, desde un punto de vista estético nos deja boquiabiertos. Sin ninguna duda, deleitará a todos los amantes de las paletas de color más setenteras y ochenteras, así como a todo el fan de sus predecesores: Daredevil y Jessica Jones, pero... ¿Cómo es Luke Cage?

Bien, a pesar de todas las conexiones con el 'Universo The Defenders' y 'Predefenders', de cameos y referencias a otros hechos y superhéroes que unen los lazos de este macrouniverso, Luke Cage patina, y la razón es simple, y está íntimamente relacionada con la razón por la que Jessica Jones funcionó: El antagonista.

Si bien en Luke Cage tenemos un retrato interesante del protagonista que se desmarca (por fin) del 'osito de peluche musculoso, pero sensible y romántico'; el antagonista inicial, Cotton Mouth, es demasiado débil y, durante los primeros 6 episodios, todo se mueve por dinero. Sí, he dicho dinero. Desde mi punto de vista, en este tipo de relatos el dinero NO ES UN MOTIVO SUFICIENTE, siempre hay algo de mayor profundidad detrás del poder, siempre hay más de un porqué.


Gracias a Dios, las motivaciones de los antagonistas se comienzan a desvelar hacia el episodio 7 (no pretendo ser una spoiler); Aún así, por todos los motivos, que no voy a mencionar para evitar decepciones a aquellos que no la hayan visto todavía, hay algo que cojea, algo que atufa a antagonistas flojos. Lo que hacía fuerte e interesante a KingPin y a Punisher, lo que provocaba ese ensalzamiento de Killgrave... Ese alma de conflicto interno, eso que guarda coherencia con relaciones entre el entorno y tomas de decisiones de villanos; pasa desapercibido en esta entrega, tanto en Cotton Mouth, como en su prima Mariah, Shades o incluso en Diamondback. Sólo mencionaré una idea, la dejo caer: 'La envidia por el hermano'. La historia de Caín y Abel NO ES UNA CAUSA DE PESO que pueda dar lugar a esta constante lucha y ansia de dar muerte a otro.

Puede que muchos defiendan lo contrario, cierto es que esa premisa temática se ha tomado prestada hasta la saciedad, pero siempre va de la mano de otros factores que la ponen en contexto. Por otra parte, hay muchos que no entienden bien esa pequeña anécdota bíblica.

La historia de Caín y Abel no relata 'el asesinato' en sí (por eso ha persistido a los golpes del tiempo), y desde luego, dicho homicidio es un acto aislado, relacionado con un sentimiento constante que siempre va ligado al amor. La historia de Caín y Abel es 'un error' por orgullo, por falta de raciocinio, y una consecuente expulsión. Es una historia sobre devenir o destino (ya que Dios sabía que podía pasar, aunque esto varía de traducción en traducción), un cuento sobre el ego y el conocimiento, no va de 'dar muerte' a un hermano, eso es únicamente una manifestación, un acto aislado movido por la ira que desembocará en un asesinato.


Luke Cage 'pretende' relatar lo mismo: Es el retrato del hermano débil y el fuerte, aunque, en este caso, el uno que quiere acabar con el otro en todo momento. Por eso digo que, descontando el acto de Mariah contra Conell, el resto de acciones de los antagonistas de esta saga, tomados por separado, poseen pobres motivaciones que intentan basarse en el mismo concepto y distan bastante de la realidad. Imposible, nadie se obsesiona con matar a su hermano a toda costa (no creo que 'papá le quería más a mi madre que a la tuya' sea causa suficiente) y, si ocurre, es porque probablemente estemos hablando de un crimen pasional con algo más en juego, o porque estés viendo una mala película con un antagonista que ríe sórida y maléficamente.

¿Por qué me enrollo sobre Caín y Abel? Pues porque se supone que ese es el esqueleto que mantiene todas las subtramas de los antagonistas a flote desde el capítulo 7, eso que intenta transformar esta historia de 'dinero y gangs' en algo más, y es el tema principal (asociado a los de 'seguir luchando por marcar la diferencia', 'cree en tus sueños y persíguelos', y, claro, 'la tolerancia' en general) de los 13 capítulos... Eso, desde mi punto de vista, es un patinazo de guión.

En otros aspectos, la serie es plenamente placentera, la historia presenta acción y tensión constantes, numerosas decisiones de Luke que trata, por diferentes medios, de parar a 'los malos'. Podemos vivir junto al héroe su progresivo crecimiento personal, especialmente, por medio del reflejo del mismo en los otro personajes clave del relato: Claire y Misty. Indiscutiblemente, estos tres personajes, con sus virtudes y defectos, son los que mantienen la coherencia y el interés por el argumento a flote, además de la aparición de Diamondback, que catapultará la historia a otro nivel (desde un punto de vista de acción, claro).


DUDAS DE CINEASTA DIGITAL:

  • La muerte de Pop es un recurso dramático necesario para detonar esas nuevas motivaciones en Luke y un ligero cambio en Cotton Mouth, aunque, realmente, este ataque a la barbería ocurre demasiado pronto en la línea argumental. Pop es un personaje mágico y entrañable que mantiene una dinámica fluida y cómica con el protagonista, un personaje que estaba funcionando demasiado bien en pantalla para cargárselo tan pronto. En mi opinión, es un error que la tragedia ocurra en el capítulo 3. Yo le habría aniquilado en el capítulo 6 o 7, lo habría convertido un midpoint.
  • ¿Qué ocurre con el personaje de 'Shades'? Porque ese personaje comienza con fuerza y se difumina de pronto. Al comienzo de la serie parece que es un superhéroe también, que puede leer mentes. Un error, ya que suben las expectativas mentales respecto a este villano y luego todo, realmente, se desinfla, se vuelve 'shady', y nunca mejor dicho. Hacia los últimos capítulos vuelve a tomar presencia, todo hay que decirlo, pero no sabemos nada de este individuo o por qué hace lo que hace.
  • Para los más fanáticos: Mi marido es un frikie con eso de la continuidad del universo y ni siquiera se sintió satisfecho debido a las incongruencias ligadas a los conflictos principales. ¿Por qué no aparecen Agents of Shield? ¿Dónde están The Advengers? En Jessica Jones y Daredevil tiene sentido que no intervengan porque son microhistorias o no hay superpoderes y, si los hay, se mantienen más o menos en secreto... Pero estamos hablando de la destrucción de vecindarios en Harlem aquí, de un tío que sobrevive a todo tipo de balas que posee una fuerza asombrosa y la muestra en público y, finalmente, de otro que lleva un traje tipo Ironman que puede cargarse de todo... Este es un caso de Agents of Shield y, aunque no aparezcan por presupuestos, o se les nombra, o se cambia y reescribe la historia. 
  • Por otra parte, el mayor error de todos: Cage conoce a Jessica, son amigos y acaban de luchar juntos, tienen una relación... ¿Por qué no la llama para que le ayude con Diamondback? ¿Por qué no cruza la calle para ver a los Advengers y que le curen cuando está a punto de morir, en vez de coger el coche 9 horas e ir al otro extremo del país? ¿Dónde está Hammer? ¿Ha salido de la cárcel ya?; por último, aunque no sea tan importante: ¿Cómo es que Misty no pierde el brazo? En el cómic lo pierde y se convierte en un cyborg que lucha junto a los otros superhéroes. En fin, eso es secundario de todas formas, pero ni en este sentido conecta todo correctamente.

De estas dudas existenciales, podréis deducir que la serie comienza pisando fuerte y luego decae en algunos capítulos centrales... Posteriormente, los guionistas lanzan la bomba, el ticking clock (de libro y con calzador, porque no satisfacen al cien por cien, ni a fans ni a audiencias ajenas al universo); se sacan de la manga en el capítulo 12 el uniforme para Diamondback hecho por Hammer y, lógicamente, los ritmos vitales de la trama se disparan.


En resumen: Si te gustó Jessica Jones y Daredevil, definitivamente te va a encantar Luke Cage, y has de verla, aunque no llega a la altura de las otras dos. Aún así, indudablemente, tras la espectacular banda sonora, los cuidados encuadres bañados por interesantes dualismos visuales, de mezclas de vivos colores primarios y secundarios; se esconden interpretaciones increíbles, diálogos frescos y fluidos, ingeniosos flashbacks y anécdotas que tejen este universo mientras que, a su vez, no impiden que la trama continúe de desarrollarse a ritmos agigantados.

Un único error: la coherencia de las acciones de los antagonistas... El resto va con diez estrellas.


¡Muchas gracias por leer mis posts en Cineasta Digital! Si te ha gustado, te pido de corazón que lo compartas. Todo pin o share es bienvenido. Hasta la semana que viene.

CRÍTICA: ¡PÓNGAME UN JESSICA JONES 'ON THE ROCKS'!

Tras el reciente estreno de la serie de la popular superheroína de Marvel en Netflix, hemos tenido acceso a la temporada completa y sí, es definitivamente una visión diferente de una persona con superpoderes, una visión relativamente realista en forma de thriller de misterio tradicional. Aquí tenéis la crítica-review de Jessica Jones (AKA: J.J).


¿UNA SERIE DE SIMPLE ACCIÓN Y CRÍTICA SOCIAL O UN ARDUO MYSTERY THRILLER DE SUPERHÉROES?

Uno de los atributos que hacen de este show algo excepcional es la crudeza con la que se trata el presente (nada nuevo si lo comparamos con Daredevil), pero siempre regocijándose en un tema principal bastante peculiar: La violación.

Este asunto, que raramente es tratado por el género de acción más tradicional, se explora de forma profunda en la serie (más intensa y repetidamente que en el cómic si cabe); y es que hay varios tipos de violación, pero el peor de todos, y uno de los que trata la historia en sí, es el control de la mente de otra persona y la manipulación sustancial de los actos de la víctima. Para ser violado hay que ser obligado, algo ha de ser arrebatado y lo principal: Has de ser usado por alguien (da igual cómo). 

Por otra parte, es interesante observar que Jessica es una antiheroína en toda regla, una detective paparazzi alcohólica y traumatizada por sus fantasmas, que busca escapar de esa pesadilla en que se vio envuelta con su secuestrador Kilgrave (designado en el cómic original como Purple Man). Desde luego, uno de sus fuertes es romper cristales, ventanas, puertas, vasos y botellas cuando sacudida por ataques de ansiedad... Y no es para menos. Por decisión propia, la protagonista es abstemia a la hora de utilizar sus poderes tras el asesinato que cometió bajo las órdenes de Kilgrave y sólo encuentra tranquilidad y consuelo en el bourbon.

Por supuesto que no sería muy buena idea que un 'psicópata controla-mentes' se hiciera dueño de la voluntad de un superhéroe. Ella, en cambio, opta por el escapismo, por esconderse y pasar inadvertida, aunque sabe que su enemigo está obsesionado con ella y que volverá a verle pronto. 


En esta versión, Jessica es un personaje demasiado pesimista y oscuro al principio, tanto que parece plano los primeros cuatro capítulos. Bien está que detonen la historia y nos introduzcan todos los detalles y personajes, pero el trauma es siempre algo difícil de tratar sin que llegue a ser repetitivo para el receptor. Comprendemos que Jessica está devastada desde el capítulo uno para que, posteriormente, esta se vaya despertando poco a poco y sea capaz de observar la realidad con otros ojos; pero el tono en que habla es demasiado serio y torna la presentación del personaje en un retrato más pobre y menos interesante, en general. 

En el cómic, Jessica es una optimista llena de ironías y escarnio (a pesar de todos sus traumas y dolores, a pesar de su aislamiento). Eso era lo que le hacía ser interesante originalmente, esa dualidad. Los creadores deberían haberla mantenido como estaba en ese aspecto, pues ya bastantes problemas hay para presentar una temporada de un superhéroe asocial que no se disfraza ni puede utilizar poderes. Un superhéroe sin dualidad en un limbo que luego renacerá, pero que se encuentra en este estado permanentemente hasta el final de la temporada... Desde mi punto de vista, este hecho ha sido algo 'cansino' y menos interesante considerando las capas que le podrían haber sacado a la protagonista.

¿Entonces, qué es lo que me ha hecho darle una oportunidad a esto? ¿Qué interés he tenido en sentarme durante las cuatro primeras horas?

Bien, ha habido algo más, durante estos primeros episodios la tensión reside, entonces, en la brillantez de la manifestación de las acciones del antagonista. Kilgrave está muy bien construido, es un personaje realmente verosímil con el que empatizamos profundamente. También, es interesante ver cómo han ido cocinando esta revelación de este monstruo y su personalidad, poco a poco. Incluso en los episodios en los que no aparece, su imagen está siempre ahí, latente, todo el tiempo, y ese es el recurso dramático donde reside toda la tensión.

Así, el Hombre Púrpura tiñe la historia y se introduce en el género híbrido ya existente, dotándolo de mayor dimensión e interés. Ese es un elemento digno del género de terror. Ciertamente podría ser tu peor pesadilla. Nadie puede escapar de él, 'una palabra suya es suficiente para capturar tu voluntad'. Señorío y locura fundidos en uno, así es él, y definitivamente tiene sus motivos para justificar su comportamiento. No obstante, a pesar de valorar los detalles más insignificantes, no llega a ser el cliché del obsesivo compulsivo que manipula a todo el mundo con su 'don'. ¡Gracias Netflix por no habernos ofrecido a otro 'malo malísimo'!


Este aspecto, este personaje, es lo que salva los primeros capítulos de J.J, pues llega a cansar ese trauma interno de una protagonista de la que sólo conocemos ciertos aspectos superfluos. Aún así, por lo menos han tenido el detalle de explicarnos algo más sobre su infancia en los últimos episodios.

Dicho esto, desde finales del capítulo 5 hay un punto de giro significativo. Jessica ha comenzado a transformarse y va sacando más de su interior, va mostrando su sentido del humor y retoma la relación con su mejor amiga. Ya rompe la abstinencia y utiliza de manera más obvia sus poderes (sin pasarse), aunque no es la misma que era. Como ella dice: Para todos nosotros, hay un antes y un después de Kilgrave.

Desde los capítulos 4 y 5 la bomba narrativa detona, aquí el ritmo y el interés dramático renacen con fuerza y continúan creciendo a medida que vamos avanzando en la historia. Por fin tenemos un retrato interno de los personajes, sus personalidades, motivaciones, pasiones, miedos y dudas. Lo mejor: muchos de ellos quieren mejorar, aprender y cambiar.


No spoilers, no voy a describir más allá, pero he de reconocer que ciertos episodios incitan al sueño. Aun así, la intriga crece en mi interior al preguntarme cómo será la segunda temporada de J.J, pues la primera, al ser de forja de héroe, o renacimiento de superhéroe, es interesante, pero siempre las segundas partes decaen si no se busca, de nuevo, ese conflicto interno, y ella ya supera su trauma al final. Pero en fin, sigamos con la crítica...

A pesar de tener más o menos acción constante, es una serie que atenta a sacar otros colores a relucir. El drama y los personajes se apoderan de la trama y, realmente, hacen de J.J. una serie muy bien elaborada desde un punto de vista de ejecución (no tanto en el guión, algunos diálogos simplemente se deshinchan o son demasiado explícitos).

Con esto, nos referimos a las herramientas narrativas visuales, como la impresionante fotografía y la edición que sugieren y muestran la historia a través de los ojos del espectador. Es como si él fuese el detective escondido, el que observa tras el muro. La composición y el ritmo formales realmente sugieren estas transformaciones psicológicas de los personajes a la perfección, además de otros pequeños detalles y metáforas semánticas que se van introduciendo.

Por otra parte, es sorprendente que la banda sonora no llegue al nivel de Daredevil, incluso los créditos de la entradilla no son tan ingeniosos y atractivos, pero bueno, al final pasan el test.

Otros aspectos negativos serían algunos detalles de dirección y de la historia llenos de parches en los que el espectador se plantea los porqués ante ciertas decisiones irracionales tomadas por los personajes. Si es cierto que estos son tan listos y tan valientes... ¿Por qué a veces deciden de esta forma y todo se va al carajo? Ah, sí, porque estamos en el capítulo 6 y si no hicieran esta estupidez que no cuadra con su personalidad, no habría mucho más que contar.

A pesar de que haya errores y momentos de caída dramática, J.J es una de las mejores series de este año en términos de estética y ejecución, además de tener un cierto tema que va algo más allá del mero tenebrismo puro y duro de la 'amenaza futurista y distópica' que nos otorgan en este tipo de géneros, o, por lo menos, más allá de los trajes de lycra.

Las comparaciones son odiosas y no vamos a comparar J.J con Daredevil, sobre todo porque cabe la posibilidad de que ambas series vayan a convergir en un futuro y comprendemos que los creativos están buscando una coherencia en la forma para llegar a ese punto. Aun así, podemos concluir, que ambas series están cortadas por el mismo patrón, aunque con diferente énfasis en temas y relación acción-personaje. A pesar de todo, J.J. claramente ahonda más en la psicología de los personajes, lo que no quiere decir que esto no se dé en Daredevil.

Nada mejor, nada peor, es, simplemente, diferente. Utilizan herramientas narrativas algo distintas. J.J, por ejemplo, tiene otro componente dramático añadido: La voz en off de Jessica y su visión del mundo. Este recurso siempre tiende a ser más sutil a la hora de exponer personajes y ahondar en estos, sobre todo si el narrador es un investigador. A su vez, dicha voz interior siempre puede ser engañosa y, por esta razón, ha sido muy acertada su utilización en este tipo de historia que plasma algunos misterios de la psique y de esa relación de la percepción humana con la realidad circundante.


Resumiendo: Si te gustó Daredevil, te gustará Jessica Jones. Definitivamente ambos apelan al mismo público, uno ligeramente más al masculino y el otro al femenino, pero andan a la par. Si te encantaron 'Los Cuatro Fantásticos' y otras pelis de superhéroes de Marvel más 'candy-cotted', puede que J.J o Daredevil se te cristalicen en el estómago, por lo menos durante las primeras horas de visionado, hasta que te acostumbres ver dolor y realismo en vez de mallas de colores, explosiones monumentales y, por supuesto, de esos brillitos CGI.

Aquí podréis disfrutar de dos tráilers de la aclamada serie que ha comenzado a hacer que las audiencias se enganchen al Universo Netflix en países latinos y otros tantos europeos que acaban de incorporarse a su radio de cobertura.

No os los perdáis.




CRÍTICA: TERCERA TEMPORADA ORANGE IS THE NEW BLACK

La tercera temporada de Orange is the New Black (OITNB) ha sido uno de los más ansiados estrenos televisivos este año, o mejor dicho, de estrenos On Demand. 



Tras el éxito obtenido, Netflix ya ha aprobado la producción de la cuarta temporada para el año que viene, pero ¿qué nuevos tintes tomará y hacia donde nos arrastrará? No lo sabemos, aunque esperemos que vuelva añadirse algo más de sal y pimienta al asunto (y no, no nos referimos a lo más obvio explícitamente hablando).

A grandes rasgos, en esta tercera entrega ha habido un abrupto cambio en el enfoque de la narrativa. La historia ha tomado un tinte algo más 'soap opera' de lo habitual, además de haber expuesto otros polémicos temas como la aceptación homosexual, la religión, la maternidad, la violación o el suicidio. Lo más curioso es que estos tres últimos han sido tratados con menor ahínco, sensibilidad y devoción.

¿Gran error? Eso seguro. Lo que hacía esta serie brillante, a parte de la trama y de sus personajes increíblemente forjados, era la universalidad con que se trataban y denunciaban todo tipo de temas y tabúes. Cada personaje era único, era una sátira sobre el sistema carcelario, sobre el sistema social, sobre las presas y sus historias. Era, realmente, una serie PG 13 del lado de los oprimidos, de los que tienen agallas de mostrar quienes son realmente, de los bufones que fracasan, de aquellos de los que nadie se acuerda o son constantemente juzgados.


En cambio, tras haber degustado esta última sesión, parece que todo se ha vuelto para públicos mayoritariamente LGBT y le han 'quitado madera' a otros asuntos incluyendo lo más telenovelesco en la ecuación. Suena más a puro marketing y segmentación de audiencias que otra cosa, por desgracia.

En vistas a comparaciones, puede que la novedad haya decaído al ya conocer historias de los delitos de todos los personajes. Así, hay menos acción sustancial de gravedad que en las otras dos temporadas y más episodios situados en el presente. También han incluido otras distracciones y dos personajes nuevos tras haber dejado marchar a Nicky, quien probablemente vuelva a aparecer más adelante.

En resumidas cuentas, es recomendable verla. Como siempre, la banda sonora respira y la edición de los episodios es ingeniosa y dinámica, aunque cabe destacar únicamente seis episodios (y el último está fuera de la cuenta).

Por desgracia, esta vez, parece que la tensión ha decaído y el globo se ha deshinchado con las subtramas. Esperemos que haya más fuelle para la T4.

Lo mejor: El equipo creativo de Jenji Kohan (Weeds). Los arcos de transformación de Alex y de Tiffany 'Pennsatucky'. La trama de las bragas tiene su gracia y no dista de la realidad (en USA, claro).

Lo peor: El último episodio, la secuencia de 10 min o más de las presas revolcándose en el agua y que Piper mencione en un episodio que puede ser como Walter White... Ese guiño le quita encanto al asunto.


'KIBITZER': DOS PSICÓPATAS, UNA APUESTA

A VER, SI ESTO NO SÓLO VA DE AJEDREZ...

Os presentamos 'Kibitzer', un corto digno de mención realizado por Gordosfilms junto al equipo de Animal Studios. Los directores, David Jarama y Susi Pelayo, se han atrevido a mostrar una partida de ajedrez entre dos matones de una forma un tanto 'Tarantinesca'.


El cortometraje destaca por su calidad devastadora en lo que a postproducción y efectos especiales se refiere. Así mismo, desde un punto de vista cinematográfico, tiene todos los alicientes para ser considerada una mood-film. Nada positivo o negativo en este aspecto, simplemente la historia no tiene mayor complejidad, ni sentimos empatía o conocemos a los personajes.

Por lo demás, es una gran película corta que consigue transmitir el sentimiento de eufória en crescendo.

En Cineasta Digital no pretendemos destacar por nuestro apartado de críticas, pero no hemos podido evitar el escribir sobre este modesto corto de alta calidad que, esperamos, se lleve varias estatuillas en los circuitos más independientes.

No os perdáis el corto!


 
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